Hay muchas preguntas que le haré a Dios
cuando me encuentre con El en el cielo, pero hay una en particular que quisiera
que me la pudiera responder ahora mismo (es que me cuesta un montón comprender
el uso que tienen los imbéciles en la vida de uno) realmente, quiero saber
¿para qué Dios creó a los imbéciles?
Es común pensar que todo tiene una razón de
ser en la vida, que cada cosa trae consigo una enseñanza y que cada ser humano,
por muy raro que a veces parezca, aporta con algo en la vida de las personas
con las que tiene contacto, por lo tanto, en el sociedad en general y en el
mundo. Sin embargo, hay uno que otro
imbécil por ahí del que no logro comprender su utilidad.
Puedo entender que uno cometa errores, que repita
ciertas equivocaciones y hasta que hagamos cosas sin querer, pero hay cada
personaje que pareciera que se esfuerza por mostrar su estupidez con la
necesidad de entregarle al mundo un gran aporte de malos momentos y decisiones
mal tomadas, una tras otra.
Para quienes nos ha tocado lidiar con estos
personajes, hemos llegado a pensar en cierto momento, que hay luz al final del
túnel, que finalmente las estupideces terminaron (porque sería imposible que
hicieran otra más) pero ¡no! el imbécil se supera así mismo y logra alcanzar su
mejor performance y le entrega
orgulloso al mundo, otra obra maestra a su haber y es ahí cuándo entran mis
frustrados cuestionamientos, ¿por qué?, ¿es en serio?, ¿no te has dado cuenta?
o ¿sigues sin darte cuenta?, ¿cómo puede ser esto posible?, ¿es que nadie puede
ayudar a esa persona a recapacitar?
La verdad, no importara tanto (al fin y al
cabo, cada uno hace con su vida lo que quiere y hace lo que cree) pero, viene
el gran pero, estos imbéciles se las arreglan para que sus acciones lastimen a
otros, traigan consecuencias graves y encima, no reconozcan su responsabilidad
¡obvio que no! son tan imbéciles que buscan culpables en otros lados ¡ellos
jamás serían responsables! entonces, ahí si que se complica el tema.
Frases como: "supéralo, no puedes
cambiar a esas personas "; "ya no te enojes, son así de
imbéciles" o "tenles compasión", se hacen inaplicables,
simplemente se convierten en injusticia pura ¿a cuenta de qué debo yo de seguir
comprendiendo tanta imbecilidad junta? No creo que en casos como stos, podemos
apelar al respeto por el otro. No
podemos dejar de sorprendernos, dejar de expresar la frustración que causan;
sería un error solapar a un imbécil por el simple cansancio que puedan generar
sus repetidas acciones o por “respetar” al otro. ¡No y no! el imbécil debe ser descubierto y
expuesto. Tal vez, alguno recapacite y
un rayo de luz logre iluminarlo.
Es que tener un imbécil cerca (sin que puedas
hacer algo al respecto, porque a veces no se puede hacer nada, están como
pegados a la vida de uno) es una cruz que uno se ganó por alguna mala decisión
o por la simple mala suerte; pero eso no quiere decir que tenemos que aguantarla
de por vida... Yo no creo que Dios los haya enviado para darnos lecciones de
vida (como dicen por ahí cada vez que no hay respuesta para las cosas) con una
sola experiencia vivida con un imbécil, es más que suficiente para que uno
aprenda, no es necesaria tanta tortura.
Por eso, al final de este escrito, creo que la pregunta está mal
planteada, Dios no pudo crearlos, Dios no crea gente así, los imbéciles se
crearon solitos y hasta se juntan. No es responsabilidad de Dios. Más bien, estoy pensando que mi
cuestionamiento debe ser cambiado a una súplica: ¡por favor Dios, ya sácame a
los imbéciles de mi lado, están como pegados y no los quiero más!
Y mientras su desaparición se acerca, pienso
que hay que seguir gritando lo imbéciles que son, no es justo que tantos
inocentes sigan sufriendo a consecuencia de esta especie que anda suelta (y
cuándo hablo de inocentes, no hablo de mi o de gente como yo, que le toca vivir
con ellos alrededor, hablo de inocentes de verdad) No hay cómo aguantar
en silencio, eso sería solapar sus daños y ya suficiente tengo con cargar esa
cruz como para darle mi hombro para compartir sus consecuencias, a ese tren no
me subo. Yo, imbécil no soy.
(Ojalá tengas la suerte de poder zafarte de
esta especie, si estás tiempo... ¡Corre!)
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